La primera vez que lo hice tenía ocho años.
Mi madre estaba secándome el pelo, o ayudando a ponerme
el pijama, ahora no recuerdo. Sonó el teléfono, y dejó un cigarro que acababa
de encender en el cuarto de baño. Picada por la curiosidad me acerqué despacio
y lo tomé con dos dedos, como había visto hacer a los mayores, inspiré a través
de la boquilla. Maldita curiosidad. Lo dejé caer al suelo de la impresión.
Sin dejar de toser, recogí lo más rápido que pude el cigarrillo
y lo dejé donde estaba. Bebí un poco de agua del grifo y disimulé lo mejor que
pude. La boca me sabía raro y me ardía el pecho. Desde ese momento me prometí
no volver a fumar nunca.
He cumplido mi promesa a medias, porque, a pesar de no
querer ver el tabaco ni de lejos, no le hago ascos a una shisha. Y si está
preparada en condiciones, mejor que mejor. Me gustaría poder decir que nunca le
he hecho ascos a una, pero eso tampoco es cierto:
En una ocasión, un chico con el que salía a los 16
años me ofreció en una tetería tomar una shisha a medias con él. Me negué rotundamente,
pero igualmente se la pidió (pagamos
a medias) y se la fumó entera él solito, no sin antes obligarme a darle una
calada. Quizá porque en esa ocasión la tomé casi obligada ya iba mentalmente
predispuesta a no disfrutar, a que no me gustara. Odiaba cuando me imponía algo
o cuando intentaba corregir las cosas mías que no le gustaban. Afortunadamente no
duramos mucho. Es más, encima tengo que agradecerle que, desde que salí con él,
busco un hombre que me acepte tal y como soy, con mis defectos y mis defectos. En fin, a lo que iba: también hay que añadir la reticencia normal de una persona que veía
una shisha por primera vez y que no sabía cómo funcionaba aquello o si tenía
efectos secundarios raros. “Si aspiro por la manguera… ¿Cómo es que suenan
burbujitas como si estuviera soplando?” Ah, dulce inocencia la mía. Era una
shisha de manzana con un toque de regaliz, todo un clásico en las teterías
árabes.
El tiempo pasó y unos años más tarde, el 20 de Diciembre
de 2007, quedé con un amigo de la facultad para tomar algo. Fue un día
memorable por muchos factores. Recuerdo que me llevó a una tetería, tomamos
sendos tés y él sugirió pedir también una shisha. Fingiendo haber fumado con
anterioridad, accedí (no sé por qué lo hice) y, ahora sí, le de mi primera
calada a una shisha de tutti-frutti. Sin nadie que me obligara a ello, sin
presión, sin agobios por devolver la manguera. Mi primera shisha fue un acto
bellísimo de compañerismo.
Quizá estoy exagerando un poco, pero lo cierto es que a
raíz de ahí comencé a investigar en internet y tras las vacaciones de navidad y
el periodo de exámenes, me compré una pequeñita, verde, con dos paquetes de
tabaco y un tubo de carbón. ¡Qué buenos momentos me proporcionó! Lo que sí es
cierto es que fumaba menos que ahora. Antes me preparaba una cada dos semanas,
aproximadamente, sin embargo hoy fumo cada tres o cuatro días.
Me gusta acompañar la shisha con té verde o negro según
mi estado de ánimo o el momento del día. Además, leer un buen libro mientras
fumas puede resultar una experiencia de lo más gratificante. Tiene que ser una
lectura por placer, no literatura de la que me obligan a leer en clase (La
única excepción fue “La Celestina” mientras tomaba té verde con pétalos de
cerezo y fumaba una shisha de cereza.) Y si sumamos que afuera esté lloviendo,
mejor que mejor.
Con este texto no
pretendo, ni mucho menos, incitar a fumar en shisha. Simplemente cuento mi experiencia. Cada uno es libre de sus actos y yo recomiendo, si no has fumado nunca, que no fumes.
¿Como esta tu tio? muerto?
ResponderEliminarAnda que hay que ser hijo de puta para reirse de esas cosas. A ver si tienes cojones y dices quien eres, imbécil.
Eliminar¿como esta tu abuela? viva?
ResponderEliminarAnónimos que se esconden bajo el anonimato, ni merece la pena hacerles caso. Borra el mensaje y punto.
Eliminar"Anónimos se esconden bajo el anonimato" NO PUEDE SER! Jura!
ResponderEliminar¿como esta tu madre? obesa?
Gilipollas!! Muerto deberías estar tu!! Maldito infeliz acojonado de mierda...
ResponderEliminarSe ha montado la gorda aquí.
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