La primavera se asoma tímida por un resquicio, entre los
árboles y la hierba que brota de nuevo, entre las fuentes heladas de mármol.
Hace más frío que aquella vez, pero una promesa es una promesa, y debo
cumplirla. Aunque preferiría no hacerlo, no dirigir mis pasos a ese
jardín, no sentarme en este banco de hierro escuchando la fuente (de mi
nostalgia), no recordar nuestra conversación, pero lo he hecho.
Aquí estoy.
Me siento en aquel banco donde una vez tú y yo hablamos durante
largas horas, aquí, en el alcázar, un 21 de febrero de hace algunos años,
después de que correteara crías de pato por los jardines, hasta quedar sin
aliento. Después de perdernos en el laberinto de setos por tercera vez aquel año. Después
de hacerle una foto a una pareja joven de turistas franceses.
Ahora mismo un
ejemplar joven de pavo real pasa por delante de mis narices, como también pasó aquella
vez.
Ahora me siento sola en este banco, y miro al sitio donde
deberías estar tú.
Metafóricamente, ahora hay sentadas conmigo muchas y muy gratas personas, algunas están ahora mismo en Córdoba, otras en Sevilla, otras en
Granada y otras en Madrid, somos tantos que no cabemos.
Pero tú no estás, y no
te vas a sentar aquí nunca más. Este banco está reservado para otra gente. Lo siento.
Tal y como me he prometido, saco de la mochila un termo
de té (ese té que compré en París un día que no estabas) y brindo por la
amistad. Me pregunto cuántas personas por las que hoy brindo seguirán metafóricamente sentadas conmigo el año que viene. Yo sola, en mi banco, sonrío y le dedico esta alegre elegía a un amigo,
que fue muy querido, y sin embargo decidió inmolarse de mi vida.
Nunca sabemos quién nos acompañará en nuestro camino mañana. Brindo contigo por el presente. Salud!
ResponderEliminarLos bancos hay que hacerlos cada vez más selectos. Cuanta menos gente se siente, mejor ;)
ResponderEliminarEnhorabuena! Con seguridad, sin rencor, mirando hacia delante, apreciando lo que se tiene y viviendo el presente! (Sensi).
ResponderEliminarPara el frío nada mejor como la grasa natural de vellocino.
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