martes, 3 de enero de 2012

Lectura 2.0

Estas navidades, he decidido hacerme con un libro electrónico. Llevaba varios años meditando la posibilidad de conseguir uno, pero había varios factores que me hacían un tanto reticente a los eReader. 
El principal era el tiempo que tardaban en cambiar de página, me resultaba demasiado para mi corta paciencia y mi velocidad de lectura. Necesito un dispositivo que me facilite y agilice la lectura, y por aquel entonces, los libros electrónicos disponibles en el mercado eran demasiado lentos. Otros motivos secundarios eran el precio (demasiado alto para lo que me ofrecían) y el tamaño-peso de los mismos. 

Hace unas semanas, escuché a través de diversas redes sociales a ciertos amigos y conocidos hablar de sus últimas adquisiciones, con la que estaban bastante satisfechos. Se trataba de Kindle, el dispositivo de Amazon, que desde diciembre estaba disponible en España. Esas personas no se conocían entre sí, pero todas coincidían en un punto: el Kindle era cómodo, y económico. Posee lo que un eReader necesita, ni más, ni menos. Para escuchar música tengo un reproductor en el ordenador y un MP3, para navegar por internet tengo mi ordenador o mi teléfono. Pero para leer requiero una pantalla que no canse la vista, que tenga un contraste adecuado y una buena resolución.

Tengo buenas expectativas en tí. ¡Más te vale no decepcionarme!


Está claro que no hay nada como leer en papel, y soy una gran defensora del libro impreso. Pero tengo un problema, que se ha ido acentuando con el paso del tiempo: no me caben más libros en casa. He dejado de comprarlos por ese motivo, (y tampoco es que posea demasiados) porque en casa de mis padres, los que ya no me caben en la estantería se acumulan en cajoneras y en el altillo del armario ¡Y tampoco queda sitio! He limitado mi compra de libros a lo estrictamente necesario, es decir, a los que me exige la facultad y ocasionalmente compraba alguno por capricho. Y me niego rotundamente a comprar sólo uno o dos libros al año.

Los libros de cátedra me han acompañado desde primero de carrera.

Sueño con mi casa perfecta, con una habitación con las paredes llenas de estanterías. Una de ellas tiene unas baldas separadas entre sí por 18 cm, que es lo justo para poder sacar y meter cómodamente libros de cátedra editorial. En esa habitación hay un sillón comodísimo, una lámpara de pie con luz auxilar de lectura y una mesa baja con un juego de té. En el suelo de parqué, hay una alfombra gruesa y mullida donde reposan mis pies descalzos.

1 comentario:

  1. Bueno no eres la única que ha sucumbido al libro electrónico por esos motivos y es que hasta para viajar merece la pena. Mi chico se lleva en el que yo le regalé cientos de libros, si no no podría llevarse la ropa en el equipaje y claro la ropa de papel se rompe jejeje.

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