miércoles, 19 de octubre de 2011

La increíble y real historia del tomate alquímico


Hoy os traigo, basado en hechos reales y recientes, "La increíble y real historia del tomate alquímico"
Y es que hace ya más de un mes, una de mis compañeras de piso decidió iniciar la famosa Dieta Dukan para perder unos kilitos, y me dio algunos alimentos que no iba a necesitar, entre otros, un paquete de picos, tres litros de leche entera, una botella de coca-cola y una cajetilla de tomates.
El tiempo pasó, ya lo largo de los días fui gastándolo todo… menos UNO de aquellos tomates, que se quedó triste y sólo en aquella cajetilla de plástico, hasta ayer. Cuando, cocinando, esta misma chica comentaba que le faltaban tomates para hacer un ratatouille, me acordé entonces de mi rojo amigo, que había quedado relegado al fondo de mi balda de la nevera.
Inmediatamente, e imaginando lo peor, fui a buscarlo y… ¡Tachán! Jamás ví un tomate con mejor pinta que esa. Tenía, de hecho, mejor presencia que unos pimientos comprados el día anterior. “Seguro que por dentro está podrido”, pensé, y lo abrí por la mitad. Creo que una imagen vale más que mil palabras.



(Por cierto, delicioso el ratatouille que preparó esta chica, y muy jugoso el sándwich de queso fresco y tomate que cené aquella noche.)

Da mucho que pensar, sobre la cantidad de conservantes y demás aditivos químicos que tomamos diariamente en cada comida, pero eso ya lo dejo al gusto del lector.

1 comentario:

  1. Eso es porque no es de fruteria sino de supermercado. Yo no compro fruta ni verdura que no se estropea, me da yuyu

    ResponderEliminar